Un curso que viene cargado de ilusión, nuevos proyectos, nuevos desafíos y nuevos proyectos pero que afronto con mentalidad muy positiva. A ver cómo lo termino...
Este año cambio de especialidad, dejo a mis niños especiales y empiezo con niños "ordinarios", qué poco me gustan las etiquetas porque para mí, cada niño es especial por una razón, cada niño tiene algo diferente que ofrecer, cada niño tiene un tesoro muy valioso guardado en su interior, sólo hay que saber buscar.
En días como hoy no puedo dejar de pensar en amigos y amigas que no lo están pasando demasiado bien. Es muy triste tener que decirlo, pero sí, con los años que tenemos, hay gente que lo está pasando mal.
Este verano he tenido la desagradable noticia de que han despedido del trabajo a dos amigos, después de diez años en la empresa han ido a la calle. ¿Y ahora qué? Ahora a buscar trabajo, a reciclarse, a actualizar currículums...
Tengo otras amigas que saben que van a trabajar pero... ¿Cuándo? ¿Será mañana, la semana que viene, antes Navidad? Su vida va a depender de una llamada de teléfono, y digo su vida porque no pueden organizarse hasta saber dónde irán.
Yo también pasé por eso, cuando suena tu teléfono, ves "ese número" y te dicen: "¿Fulanita de tal? Te llamo de la Delegación de... Mañana a las nueve tienes que estar aquí para incorporarte a tu centro" Y es entonces cuando eres consciente de que tienes que recorrerte unos 500 kilómetros para llegar a tu destino aunque para ello tengas que mover Roma con Santiago y tengas que movilizar a media familia para poder conciliar tu vida laboral con tu vida familiar.
Por eso, mañana empezaré el nuevo curso con una gran sonrisa pero acordándome mucho de todos los que estáis esperando esa oportunidad.
Yo también tengo hoy mucha gente en mente... Mañana nos cuentas qué tal, no?
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